sábado, 7 de abril de 2012

Polop de la Marina, mucho más que un oasis

Este hermoso pueblo sorprende incluso antes de llegar a él. Una de las panorámicas más fotografiadas por los turistas suele ser la vista de su casco antiguo situado sobre una colina, la cual se divisa nada más acabar de pasar La Nucía, ya que solamente distan 2 kilómetros entre ambas poblaciones.

La arquitectura de su núcleo histórico es claramente de estilo morisco y su situación, antiguamente con fines estratégicos, resulta en la actualidad un reclamo turístico por lo espectacular de sus vistas con el campanario de su iglesia como protagonista.

Sus orígenes se remontan a la época íbera. Su castillo, situado en lo más alto del cerro, ha sido un enclave militar estratégico para todas las culturas que por él han pasado.

Después de la reconquista, Polop fue cedido por Jaime I de Aragón y se convirtió en señorío de diversos barones a lo largo de su historia cristiana. En 1290 fue Bernardo de Sarrià quien obtuvo sus tierras. En 1520, los moriscos que habitaban la villa, ante el asedio de los agermanados, se refugiaron en el castillo, muriendo muchos de ellos en manos de los insurrectos al finalizar la revuelta. El decreto de expulsión de 1609 provocó un notable vacío demográfico al perder más de dos tercios de su población.

Después de varias herencias y sucesiones, fue la familia Fajardo quien ostentó la señoría del municipio hasta mediados del siglo XIX, al morir la última baronesa de Polop.

Los barones eran señores feudales con todos los derechos que les concedía su señorío. Todos los habitantes de origen árabe pasaron a ser vasallos del barón. No obstante, los árabes se compenetraron bien con los señores, porque se necesitaban mutuamente.  El barón los necesitaba para cultivar sus tierras y éstos encontraron en el señor su mejor defensor frente a las exigencias reales.

El territorio de esta baronía, enclavado en la comarca la Marina Baixa, se extendía desde los ríos Guadalest y Algar hasta el término de Villajoyosa, comprendiendo las playas del Albir y Benidorm; por el interior limitaba con Callosa d'En Sarrià y Guadalest.

Cuando se funda la baronía toma el nombre de Polop, ya que en esta época era el centro más importante y su castillo era la fortaleza más fuerte y más adecuada para la seguridad y defensa.  Aquí se instala y reside regularmente el barón o sus procuradores, especialmente cuando pasa este señorío a la familia de los Fajardo.



A continuación tenéis una breve descripción de los principales atractivos turísticos de este bonito pueblo mediterráneo:

Castillo de Polop

Ermita del Castillo
Se alza sobre un cerro desde el que se divisa toda la población y donde podemos disfrutar espectaculares vistas del valle de río Algar y Guadalest. Es la zona conocida como Cementerio Viejo. Se puede acceder a él a través del camino del Calvari desde la plaza de la Iglesia.

El castillo es de origen musulmán.  Fue construido a principios del siglo XII y tuvo mucha importancia debido a su valor estratégico en la región, pero a causa de los conflictos de los que fue protagonista, fueron derribadas las construcciones de su interior, aprovechándose también sus materiales para la edificación de la ermita existente.


En la actualidad se conservan numerosos tramos de las murallas que conformaban su doble recinto. Del exterior quedan escasos restos de su estructura original, ya que se utilizó como acceso al viejo cementerio. El interior conserva restos de un aljibe próximo a las ruinas de una torre cuadrada de mampostería, que debió ser el núcleo original de la fortaleza musulmana. También se ha descubierto una hilera de estancias rectangulares.

Fuente de los Chorros
Plaza de los Chorros de Polop
Esta fuente es testimonio de la importancia que el agua ha tenido y tiene para Polop.

La productividad del secano era escasa y dependiente del agua de lluvia. En el siglo XVII, después de la expulsión de los moriscos, Beatriz Fajardo propietaria del señorío de Polop, decidió emprender la construcción de una importante acequia, a la cual se denominó Riego Mayor de Alfaz del Pí, conocida popularmente como acequia Madre. Con el agua del barranco del Salt, se pudo regar más de 1200 hectáreas de Polop, La Nucía, Benidorm y Alfaz del Pi. Supuso en aquella época una mejora económica importante para el señorío de Polop así como un aumento de su población.

Esta fuente data de 1885, cuando solamente constaba de 11 caños. Las aguas provienen de los manantiales del Sirer y el Terrer, en el barranco del río Gulapdar.


En esta misma plaza podemos encontrar una de las edificaciones más representativas de la zona. Se trata de la casa del escritor Gabriel Miró, el autor de la obra "Años y Leguas" donde se refleja todas las sensaciones que recogía en sus largas estancias veraniegas entre los polopinos.
Casa de Gabriel Miró
Aprendió a conocer como nadie el espíritu de un pueblo blanco con aguas cristalinas, como él denominaba "El lugar hallado" arrebujado entorno al castillo que sirvió de cementerio.

Esta casa fue durante años alquilada por el escritor y anteriormente también fué arrendada por el compositor Oscar Esplá.

Se dice de ella que "era una casa de campo rodeada de bancales donde crecía el maíz y maduraba la uva entre los chirriantes cantos de las cigarras".



El simple hecho de pasear por sus estrechas calles disfrutando del buen clima de la zona y de la tranquilidad típica de un pueblo mediterráneo, que aún conserva su esencia, ya merece la pena. Pero también guarda otros atractivos como son las rutas por la sierra del Ponoig, que muchos aficionados al senderismo recorren cada semana o la pedanía de Xirles con su molino, enclavado en una frondosa zona bañada por el río Gulapdar.

Para aquellos que visiten la costa alicantina, Polop es una buena opción para conocer el entorno y disfrutar de la verdadera esencia del interior de Alicante.



Imágenes por Toni Orozco


Vista desde el Castillo de Polop de la Iglesia de San Pedro
Vista del campanario y monte Ponoig
Monte Ponoig o "León Dormido"

Escudo de Polop en la Plaza de los Chorros
Vistas del casco histórico de Polop

Imágen de San Pedro en la fachada de la Iglésia



Plaza de los Chorros de Polop

domingo, 1 de abril de 2012

La saginosa ibense

Por estas fechas de cuaresma se prepara en Ibi este postre tan especial cuyo nombre hace referencia a uno de sus principales ingredientes, la manteca de cerdo o sagí (en valenciano).

Podemos encontrar gran variedad de dulces típicos de Semana Santa en casi todos los pueblos o regiones. Pero en el caso de la saginosa llama la atención el hecho de que no es tan conocido en otras zonas del interior de Alicante o alrededores de Ibi, sino que, al menos en su denominación, parece ser exclusiva del municipio.

La saginosa data de épocas musulmanas y también es conocido por el nombre de Almoixàvena en pueblos de la comarca de La Costera como Xàtiva.

El 15 de Febrero de 2004, con motivo de la celebración del "Carnestoltes" o Carnaval, se consiguió en la "Plaça de la Paja" de Ibi el record Guinness por la saginosa más grande jamás elaborada. Fue un evento festivo donde se pudo conocer y disfrutar este tradicional dulce ibense.

Su elaboración es relativamente sencilla, ya que no precisa gran cantidad de ingredientes. Aquí os dejo la receta para que os animéis a prepararla:


Ingredientes
  • 3 vasos pequeños de agua.
  • 1 vaso pequeño de aceite de girasol.
  • 200 grs. de harina
  • 4 huevos grandes o 6 medianos.
  • 40 gr. de manteca de cerdo
  • Azúcar y canela para espolvorear

Elaboración Tradicional
Poner a hervir en un cazo el agua y el aceite y volcar de golpe la harina removiéndo rápidamente hasta que la masa se despegue del cazo. Apartar y reservar hasta que baje la temperatura de la masa.
Precalentar el horno a 200º o 180º.

Una vez tibia la masa se van añadiendo los huevos, removiendo uno a uno cada vez muy bien sin poner otro huevo hasta que el anterior no esté bien integrado en la masa.

En la bandeja de horno poner un papel de hornear y con una espátula repartir la masa muy bien, quedando lo mas fina posible.
Repartir trocitos de manteca de cerdo encima de la masa y espolvorear con azúcar y canela previamente mezcladas en un vaso.

Hornear unos 20 minutos o hasta que esté dorada.


Es un dulce ideal para disfrutarlo en la merienda junto con un chocolate a la taza o café con leche. Buen provecho!